lunes, 11 de febrero de 2013

Daniel Gutiérrez García

Pues qué decir cuando quieres tanto a alguien. Cuando le conoces de hace tanto y a la vez de hace tan poco.
Que no hay día que no recuerde aquella primera vez que hablamos, que poco a poco las conversaciones a media tarde se convirtieron en largas conversaciones las 24 horas del día. Que en ese tiempo aprendí a quererle muchísimo y consiguió ser alguien imprescindible. No importa el tiempo que no nos hablamos porque estábamos enfadados, ni los días malos; porque no son suficientes para arruinar los buenos momentos. Porque siempre volvemos a hablarnos, como dos bumeranes que se fueron cuando no debían.
Porque un último verano puede unir a dos personas para siempre, como a nosotros. Porque no le voy a olvidar nunca. Porque desde entonces, le quiero más aún. Que me ha regalado demasiados buenos momentos en poco.
Que digan lo que quieran los demás. Pero a mí, que me haga reír y me haga sentir bien, que me acompañe a casa cuando es tarde y mi madre se enfada, que me lleve en brazos en el parque, que me abrace, que confíe en mí y sepa guardarme un secreto; eso, para mí, es lo mejor que me puede pasar.
Y es gracioso, no me gusta llorar, pero pensar que 1457 kilómetros se van a interponer entre los anteriores 10 centímetros, jode.
Y aunque todo esto pase, aunque la distancia esté de por medio, aunque alguna vez discutamos; no debe olvidar jamás que le quiero cada día más, y que me tiene aquí, para lo bueno y lo malo, y para siempre.

domingo, 3 de febrero de 2013

Dices que las cosas van a cambiar. Que todo va a estar mejor. Que esta vez va en serio. Dices que no me vas a mentir más y que lo sientes. Y dices tanto hasta el día siguiente, que olvidas todo. Que despierto feliz pensando que todo era real; y despiertas tú y dices no recordar nada. Dices que solo fue un momento pero que no iba en serio. Y entonces volvemos a la misma puta rutina de la que no puedo escapar. Y volvemos otra vez, hasta la próxima. Porque tú olvidas, pero recuerda siempre, baby, que yo no. Que yo cada vez que pasa algo recuerdo la anterior y a la siguiente la contínua. Y vez a vez, rato a rato, me hundo un poco más. Se me van yendo las fuerzas. No lo quieres ver, pero me destruyes así. Y luego dicen por ahí que vas contando que me quieres. Y me cuentas mil historias en las que quieres hacerme ver que así las cosas están mejor para mí. Pero no lo están. Y olvídate esta vez. Olvídate ya de que a la próxima te pueda entender.

Aquel lugar, aquel momento y aquel chico que pasaba desapercibido.

Cuando llega ese momento, te paras a pensar. ¿Y si hubiese ido otro día? ¿Y si hubiese preferido otro lugar? ¿Y si no hubiese pasado ese día, a esa hora, con esa ropa, por ese sitio? ¿Y si las cosas hubiesen sido distintas? Una sola decisión, una pequeña diferencia podría cambiarlo todo. Porque no le habría conocido de no haber sido las cosas así, porque el destino quiso que cruzásemos nuestras vidas en ese instante. Y probablemente, si no hubiese pasado, mi vida seguiría igual. Y fue solo un momento, pero un momento que deja todo como estaba. ¿Ha hecho, acaso, que mi vida sea distinta? No, pero ha sido. Ha sido algo que recordar, algo que me demuestra como una sola decisión puede cambiarlo todo. "Lo que pasó en el hotel, queda en el hotel. Se olvida, no vuelve a suceder más." Sí, un solo detalle que formará parte del pasado. Pero un detalle que recuerdo todos los días, que no puedo pasar por alto. Porque ese chico, ese día y en aquel lugar, me hizo sentir algo nunca sentido. ¿Amor? No, pero sí era algo especial. Algo especial que por desgracia nunca volverá a suceder.