sábado, 24 de noviembre de 2012

Que ingenua fui.

Que ingenua fui; que de historias de amor te escribí, que de te quiero´s me creí, que de besos pensé que llevaban sentimientos, que de sonrisas me sacaron con mentiras, que de veces imaginé un para siempre.
Y una sola vez me ha hecho falta para madurar. No diré que soy una experta, no diré que lo sepa todo, no diré que me crea perfecta ya.
Pero que gracias a una sola persona he llegado a darme cuenta de que ninguna historia de amor que escriba importará, ningún te quiero será sincero, ningún beso llevará sentimientos, ninguna sonrisa será por lo que me digan y que los para siempre los compró Disney.
Que por una sola persona, ahora cada vez que veo dos adolescentes enamorados de la mano por la calle no puedo evitar reírme pensando que hay demasiados engaños por el mundo.
Que por una sola persona cada vez que veo un blog con historias de amor pienso que ese escritor aún no entró en el mundo real.
Que por una sola persona está entre mis asuntos pendientes besar todos los sapos que pueda, a ver si alguno se hace príncipe.
Que por una sola persona he aprendido a reír con todas las pequeñas cosas porque sé que las grandes no valen la pena.
Y que por una sola persona se me quitaron las ganas de ser la niña extrovertida que era.
Pero que no le odio; es más, le doy las gracias siempre que puedo: porque eso que tengo ganado sabiendo ya que el amor no existe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario