Una vida por vivir. Amistades pasajeras y otras por descubrir. Amores pero también desamores. Historias y cuentos de hadas y princesas por oír. Sonrisas por regalar. Gente que perder. Rincones por descubrir. Historias que confesar. Motivos para luchar. Sentimientos indescriptibles. Llantos en silencio. Y sobre todo, personas en las que confiar.
lunes, 27 de agosto de 2012
La vida no es un puto cuento de hadas. De pequeños, nos dicen que las personas buenas reciben recompensas. Que siempre hay luz al final de túnel. Que si dos personas se quieren estarán juntas. Que la familia esta en las duras y en las maduras. Que hay amigos de verdad que nos apoyan en los malos momentos. Que cuando algo acaba es porque empieza algo mejor. Sí, lo pintan todo de color de rosa. Y nos hacemos a la idea de que todo es una preciosa historia de final feliz. Pero cuando crecemos, aunque solo seamos adolescentes y para nuestros padres no sepamos nada, nos damos cuenta de las cosas. Que cuanto mas bueno eres mas puñaladas recibes. Que a veces es de noche cuando salimos del túnel, y no hay luz. Que la familia es igual de hipócrita que todos, y que solo están por interés o cotilleo. Que los que creemos amigos, resulta que son unos icebergs. Y que los amores verdaderos son imposibles. No quiero decir que no hay cosas bonitas en la vida, al contrario. Sino que lo verdaderamente bonito son las pequeñas cosas. Pero la vida es bastante gris si se miran las cosas a lo grande. Y cuando de verdad hay ganas de vivir, te pones gafas con cristales rosas. Y aprendes a sonreir en los problemas. A darte cuenta, de que puedes esperar un año entero llena de entusiasmo para volver a ver esa persona, esa que quieres ver al despertarte cuando seas mayor. Aprendes a tener fuerza en ti mismo. Que habrá estrellas nuevas porque las regalas tú. Que sonreir depende de uno mismo. Y que, a veces, debemos confiar en quien menos esperamos. Porque la vida no es tan fácil como la pintan, pero aunque solo sea por una persona merece la pena vivirla.
domingo, 19 de agosto de 2012
Y que aún crean que la edad importa.
Una persona celebra su cuarto cumpleaños un 25 de junio mientras otra familia sonríe porque tienen una pequeña de un mes y 24 días. Nada que ver, uno es de Oviedo, y la niña una cántabra con sangre asturiana. Él crece en una vida rebelde sí, viviendo cada segundo de una forma plena y alocada. Ella, sigue siendo una niña, una chiquilla ejemplar con un comportamiento normalmente digno de admirar. Nada en común. Pero: ¿Que más da?
Ella va un agosto a veranear a su pueblo, y le ve. Y le gustan sus ojos, y le enamora su sonrisa, y sonríe con sus tonterías. Él la mira, y creyéndola mayor disfruta con cada una de sus carcajadas cuando hace cualquier gilipollez. y ya pasados unos días, descubren que aunque ya que saben la edad nada cambia. Juguémonos el mundo-deciden. ¿Merece la pena arriesgarse a las críticas del pueblo, arriesgarse con tanta diferencia de edad, arriesgarse a amar cuando luego la distancia estorbará? Joder, pues sí. Mil veces mejor tenerse unos días que no hacerlo nunca. Y todo es perfecto. Hasta que, ella se marcha.
Y quien sabe si él la echará en falta o la olvidará por ser tan solo un amor de unos días. Quizá nunca lleguemos a conocer la verdad, aunque los demás dicen que está distante desde que ella se fue, y que parece que la echa de menos más que todo el pueblo junto. Pero ella, despierta con la primera lágrima que cae en su almohada. Porque sabe que había conseguido volver a enamorarse pero no puede amarle. Ella sueña por la noche que viene su príncipe y la besa como lo hacía allí. Ella echa de menos y en falta sus caricias, sus cosquillas, sus besos, sus ojos, sus labios, su cara; su todo. Ella lleva la cuenta atrás hasta el próximo verano. Y ella, escribe este texto mientras llora recordando cada segundo con él.
M.D.
Siempre hay un adios. Puede haber sido todo lo mas maravilloso. Ser ignorantes y pensar solo en lo bonito del momento. Pasar el mejor verano de tu vida en cada segundo. Amar a alguien mas que a tu vida en unos dias. Y verle siempre. Y que te salga la sonrisa asi sin pensarlo. Y saber que casi sin quererlo vuelves a cometer el error de dar una vida por entera para otra persona. Pero como todos los cuentos de Disney, hay un final. Solo que a esto se le llama puta realidad. Y aqui los finales no son vivir felices y comer perdices. Aqui, en nuestro mundo, es un adios. Es darse cuenta de que todo acaba, y cada uno tiene que volver a su vida. Que en esta puta realidad el chico vive lejos y hace un tipo de vida rebelde y alocada y la chica es una niña buena que no puede tirar su vida por la borda. Que el dia de volver a la gran ciudad, o se dan el beso mas bonito que jamas hayan dado o nunca mas podrán recordar esos días como felices de verdad, porque el futuro separa los caminos.
A.A.B.
La gente cambia mucho. Espero que sigan igual pero sé que no lo harán. Cuando vemos a esas personas todos los días apenas notamos el cambio. Pero cuando solo le ves en verano lo notas. Me subo al coche deseando llegar para ver si sigue igual de guapo, igual de majo, igual de perfecto,... Espero verle y que se dé cuenta de que estoy más delgada y un poco menos imperfecta en todo. Dispuesta a decirle que el verano pasado me había conquistado pero no me atreví a decir nada. Pero llego. Y le veo. Y no es el mismo. No es ese chico simpático que me había enamorado. Joder, ahí se nota. Que las cosas cambian. Que el tiempo pasa. Que perdemos oportunidades por no valorarnos. Que nada volverá a ser lo mismo. Y que a veces cometemos errores, como pensar que todo sigue igual de año en año, porque todas las pequeñas cosas cambian. Y esta vez ha sido cuando he visto que cuando acabe este verano, acabará esta etapa. Porque el año que vuelva, ni las rocas serán las que eran.
J.A.B.
Con el tiempo las cosas se van complicando. Ves como aquello que tan sencillo parecía se va haciendo un imposible. Algunos veranos en los que jugar al escondite era la mayor preocupación y casi sin importar quienes estaban y quienes faltaban. Y ahora llegas a ese mismo pueblo que tanto añorabas de años anteriores y ves que las cosas han cambiado. Que ya no te da igual quien esté porque te sobrarán idiotas y te faltarán amigos. Que jugar al escondite no te hace pasartelo tan bien. Porque necesitas ese algo más que poca gente sabe darte. Y puede que lo consigas. Ves tus amigos de siempre y ese especial que ha cambiado y te hace reir. Tienes una persona que siempre viste como un amigo más pero que ahora crees que no podrías estar sin él. Mejor jugar a la botella que al escondite-piensas. Y sabes que eso es lo que echarás de menos hasta el próximo verano. Sabes que estarás deseando que te siga haciendo reir como lo hace y que vaya a buscarte a casa si no bajas. Que necesitarás al final del verano sus abrazos por las noches y sus caricias y consuelos. Que no existen personas así, pero que será más difícil volver a todo igual.
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