Que vale que la puta distancia no me permite dar un abrazo que hace falta, pero si me deja dar ánimos. Y eso, lo quiero. Quiero que puedan levantar la cabeza y sonreir como ellos hacían antes. Porque se lo merecen. Porque hay pocas personas tan grandes como ellos.
Dicen que en momentos así el adiós es lo mejor, pero no lo sé. Solo sé que se puede pasar mal. Y que jode. Pero que hay que quedarse con las pequeñas cosas buenas que hubo y siempre estarán. Y mirar el camino que queda y ver que hay otras personas que vendrán y dejarán huella. Y yo estoy dispuesta a ser una de esas personas que les ayude a avanzar, y que siempre siga con ellos.
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