No somos capaces de darnos cuenta que esa persona que siempre está alegre y se siente guapa incluso con una coleta informal, igual no es tan feliz. Igual no siempre confió tanto en si misma. E igual cuando llega a casa borra esa sonrisa de su cara porque no le gusta tanto la vida; porque se da cuenta de que lo más imprescindible en su vida es lo que no tiene al lado; porque se ha enamorado de un imposible que la podría hacer 100% feliz si estuviese ahí, pero no está.
Porque a veces tenemos amigos que intentan contarnos lo que les pasa e intentamos cambiar de tema porque nos incomoda. Porque igual nos habla de que el amor de su vida vive lejos y que le necesita, de que llora todas las noches esperando que las cosas puedan ir perfectas; y nosotros, decidimos hacer oídos sordos y hablarles de lo guapo que está el chaval del otro curso.
Porque todos tenemos muchos defectos, pero el más grande es no saber estar. No saber ser alguien para un especial que nos necesita ahí y en ese momento.
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