Y aún me encanta ser niña

Aunque sepa hacer incluso complicados sudokus jamas me divertirán tanto como hacer las actividades que hay en la cara trasera de mi caja de cereales. Y aunque a día de hoy me dejen vestirme de charlestón nunca superará a como me siento con un vestido de princesa y una corona por cutre que sea. Y si algún día de mayor trabajo, no será tan divertido como cuando de pequeña jugaba a que trabajaba en una agencia de viajes y descolgaba el teléfono diciendo: "viajes cabomayor dígame". Y nunca, por mayor que sea, dejaré de subirme en los caballitos. Y cada vez que vea un parque no iré a sentarme en un banco, sino a tirarme por un tobogán. Y todavía hoy me gusta acercarme mucho mucho al borde en la bahía y que me digan que me aleje. Y me encanta divertirme simplemente jugando. Y sobre todo siempre me gustará sentirme niña, por ridículo que sea.