No tengo petas a medio hacer ni
la nevera llena de latas de cerveza barata para emborracharme. No tengo una
caja de cigarrillos en cada esquina de la casa.
Porque cuando de verdad necesito
alejarme no quiero ninguna droga, ya que nada de eso me sirve; quiero un buen
tanque con helado de chocolate, un cola cao y un café tras otro; ponerme una
camiseta tamaño XXL y recogerme el pelo en un moño amorfo mientras veo una
película romanticona. Y ahí empieza…
-Que aparte de todo eso mi
verdadera droga eres tú. No sabía que mirar a alguien pudiera ser adictivo. No
sabía que se pudieran echar de menos unos besos en especial. No sabía que podía
llegar a echar tanto de menos ni querer con tanta fuerza a alguien. Simplemente
no te conocía y ahora has roto mis esquemas.- Todas esas cosas se me pasan por
la cabeza cuando llevo a cabo mi rutina depresiva…
Pero sé que algún día mi vida
será tan jodidamente perfecta que tomaré helado para dos y habrá otra
cucharilla más, que habrá dos tazones sobre la mesa en lugar de uno, que la
camiseta XXL no será mía sino de otra persona, que habrá alguien que me diga lo
bien que me queda el moño informal y me abrazará mientras me besa viendo una
película romántica; y que ese alguien quiero que seas tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario