domingo, 9 de septiembre de 2012

Solía tanto.

Solía decir que el amor era lo más bonito que el ser humano puede sentir. Solía soñar con tener a un chico maravilloso a mi lado que me besara a todas horas y me dijera te quiero. Solía creer que encontraría a alguien con quien sería feliz. Solía hacer tanto antes de que me rompiese el corazón... Me hizo llegar a un punto en el que cambié todo. Dejé de pensar en el amor como algo increíble, todo comenzó a ser para mí una farsa comercial. Dejé de soñar con un chico especial y decidí que besar mil sapos no sería nada malo, porque al fin y al cabo todo eran sapos y mejor mil que uno solo. Dejé de creer en mi media naranja, no porque creyese que yo era un limón o que mi naranja estaba exprimida, simplemente porque me dije a mi misma que cada persona es una naranja entera y no tiene que encajar con nada. Di a mi vida un giro de 180º convenciéndome de que habría que hacer otras cosas que me hicieran olvidar que me habían roto el corazón. 
Y cuando quise darme cuenta, era como él. Era tan tonta de no saber que siempre hay algo de amor. Me había vuelto una rompe corazones a la que no le 
importaban los sentimientos porque no los tenía. 
Que simplemente era otra persona más en el mundo obcecada con que no hay amores verdaderos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario