miércoles, 18 de julio de 2012

Me gustaría a veces no saber.  Que en vez de decir que fui solo una más de cientos pudiera decir que he sido única para él.  Y ocultar que el para mí fue especial y hacer creer a los demás que nunca me importó demasiado. Vale, ese tipo de cosas que podrían haber sido ocultas y quedar en el olvido, porque dependían de él. Pero lo que dependía de mi, nunca caerá olvidado. Cada vez que me besaba sentía lo mismo, sentía que podía volar, que era fuerte. Y su mirada me decía que debería creer en él, que de verdad me quería. Y que todo en él era perfecto y motivo para sonreír me parecía.  Dios, como pude ser tan tonta, tan ingenua, tan idiota. Que por creer en una nada haya perdido un todo.  Y me muero por decirte que te voy a echar de menos. Pero ya lo sabes. Y ya no tiene sentido tampoco. Y al fin y al cabo, las palabras se las lleva el viento, y espero que lo haga. Espero que nadie recuerde los sinceros te quiero que grite al mundo, porque no quiero que el mundo se avergüence de mi estupidez. 

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