Una vida por vivir. Amistades pasajeras y otras por descubrir. Amores pero también desamores. Historias y cuentos de hadas y princesas por oír. Sonrisas por regalar. Gente que perder. Rincones por descubrir. Historias que confesar. Motivos para luchar. Sentimientos indescriptibles. Llantos en silencio. Y sobre todo, personas en las que confiar.
domingo, 29 de julio de 2012
Qué fácil es colgarse la etiqueta de "buena amiga". Que fácil es decirse simpática y sincera por decir de forma brusca que he cambiado y decir también que las que no lo hagan como tú no son sinceras por no llamarme todo lo malo a la cara y decir solo "lo que quiero oír". Vamos señoritas, ¿A quien engañáis? Lo que no sé por vieja (que es mucho) lo sé por diablo. Que para ser buena amiga la primera norma es decir las cosas a la cara si, pero sin haber criticado a la espalda en la ausencia. Que se continúa por apoyar a una amiga si lo pasa mal y va seguido de cerca de ayudarla a ser la de siempre. Y otra cosa importante es: si es tu amiga de verdad, joder, estarías dispuesta a perder otros "amigos" por ayudarla. Mucho presumir de sinceras amistades pero gente, ¿Cuántos de vosotros habéis mandado a la mierda a otra persona por vuestra amiga de verdad? Que no hay huevos. Nunca hay huevos de decir: "si mi amiga lo pasa mal por su ex, yo le suelto blasfemias por todas partes". Ni hay huevos de decir a otra persona conocida en común que la critica: "vete a criticar a otra parte, que ella es mi amiga y para ti es fácil ver la paja en su ojo y no la viga en el tuyo. No, señoras y señores, nunca hay valor suficiente de arriesgar, porque tenemos todos el ego de un subido considerable. Porque ninguno, nadie, es capaz de arriesgar por una amistad.
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